Narra Jade
-Te vas en tres días y no sé si te voy a encontrar de nuevo besando a otra. Será mejor que hasta que no vuelvas no hablemos sobre esto.
-Pero yo lo quiero hablar.
-Te vas a ir y yo me quedo. No es por ti Harry, es por mí, no aguantaría tenerte alejado.
-Pero esa es mi vida, si me quieres, me quieres aquí y a un millón de kilometros.
-Por eso mismo, no podría estar separada de ti.
-¿Me estás pidiendo que lo deje?
-Para nada, no quiero que pienses eso por favor Harry, me estoy echando a un lado para que continúes tu sueño.
-Jade, tú entras en mi sueño.- Me coje las manos mirándome a los ojos.- Te quiero y quiero que estés conmigo por mucho que estemos alejados.
-Tengo que entrar.- Señalo dentro de casa con la cabeza.
-Vale, muy bien. Pues ya está todo dicho.- Estaba cabreado. Baja la cabeza y se va con paso firme a su casa. La he cagado, la he cagado pero bien.
Entro a casa y me voy directa a la cama para intentar dormir, cosa bastante imposible ya que no hago otra cosa que no sea dar vueltas de un lado para otro. Ví todas las horas del reloj, escuché cada paso que dio Ruth al llegar, contaba hasta ovejitas para dormirme, pero es sentimiento de culpa no me cabía en el cuerpo. Vamos a ver, es que una no puede decir que quiere a alguien y luego decir que mejor lo dejamos, ¿por qué no pensaré yo estas cosas antes de irme de la lengua?. Ahora pensará que estoy jugando con él y de verdad que eso es lo que menos deseo que piense. Quiero que sepa que de verdad le quiero y me importa pero que esto no es fácil para mí, me da terror.
Total que cuando conseguí relajarme y quedarme dormida trece minutos después sonaba el despertador, me cago en todo tipo de diseño de despertador y me levanto.
-Madre mía, ¡que ojeras!. ¿Tú te has visto?
-No son ojeras, es que esta termporada se lleva mucho el negro.
-Mmmm...¿Harry va a ir a juego contigo?
-Pues probablemente, sí. ¿Por qué?
-No sé, como ayer te fuiste sin avisar...
-No sabía que fueras mi madre dos punto cero.- Voy a la cafetera y me lleno un vaso, por dios que haga efecto.
-Probablemente, sí.- Dice imitándome.- Si pasa algo con él a mí no me vengas llorando, aviso. Por cierto esta noche no voy a venir, me quedo con Niall.- Genial, cambio de tema. Oportunidad de oro.
-No quiero ser tia, aviso.
-Bueno...como estamos hoy...
-Ahora en serio, ¿qué tal en la cama?.- Casi se ahoga con la galleta que se acababa de meter en la boca.
-Joder con el temita, mira sin complicación, soy virgen.
-Ahh...ohh oye que está muy bien, en serio. Niall debe de estar pletórico, pero ya te digo que te va a durar poco.- Suelto una carcajada pero me callo en seguida ya que me lanza una mirada asesina.- Bueno me voy, pásalo bien. Yo lo pasaré genial viendo gossip girl.- Cojo la mochila y salgo de casa.
Narra Anne.
A primera hora de la mañana llegar a clase y encontrarte con la cara de aaorgado del profesor de matemáticas diciendo ''llega tarde, la próxima a dirección'' pues no es muy
emocionante que digamos, pero si ya vas a tu sitio y el graciosillo de la clase te empieza a tirar bolitas de papel pues ya no es que no sea emocionante, es que es estresante y dan ganas de hacer que se trague las puñeteras bolitas.
-Como otra de tus bolitas me vuelvan a dar te juro que te las meto por el culo, que sé que lo disfrutas.
-Más disfrutas tú otras cosas...
-¿Qué hablas desgraciado?. Ten cuidado conmigo, no te equivoques.
-No, no te equivoques tú, si no te gusta, te jodes y te callas como los demás.
-¡Los cojones!.- Bueno, he de reconocer que se me fue bastante la voz y gracias a mi potencia acabo en el pasillo sentada apoyada en la pared y con el móvil entre las manos que instantes depués empieza a sonar.- ¿Hola?
-Anne, soy Zayn.
-Estoy en clase, ¿sabes? no todos tenemos tanta libertad como tú en el trabajo.
-Vale, perdón cuando acabes llámame.
-Ah, no habla si me han echado al pasillo.
-¿Qué has hecho loca?
-¡Yo nada! Uno me estaba tocando los ovarios y he gritado un poquito...
-¿Un poquito?.
-Bueno, vale, demasiado pero me tenía hasta las narices ya. Además que ese profesor me tiene manía, te lo digo yo.
-Hahahaha, seguramente sea eso. Te llamaba para decirte que no sé a que hora tengo que ir ni a dónde.
-Oh, sí pues...ven a las siete a casa, mis padres estarán trabajando y mi hermano en fútbol asique nadie molestará.
-Vale, allí estaré. Te tengo que dejar, luego nos vemos.
Narra Harry.
-Y me soltó eso después de haberme dicho que me quería. Te juro que esta chica me quiere volver loco y al final lo va a conseguir.
-Que manera tienen las tias de complicarlo todo, es alucinante.- Comenta Louis mientras mira algunas camisetas.
-¡Eh, que estoy delante!.
-Tú no Eleanor, tú eres...
-No eres una tía, es lo que quiere decirte. Mira esta Lou.
-No te pases Harry...- La morena me señala con el dedo.- Tú lo que tienes que hacer con Jade es demostrarla cosas.
-¿Más?. Joder, que solo me falta ponerla un altar.
-Eso es lo que te falla Harold, no tienes paciencia. Sabes que ella lo ha pasado mal, no va a volver a confiar de la misma manera en nadie.
-¿Por qué no la invitas a cenar mañana o algo así?.- Pregunta Eleanor llendo hacia la caja.
-Porque sé que vamos a acabar hablando del mismo tema y no estoy por la labor y vamos a comer ya que me muero de hambre.
-Tú verás Harry pero te quedas apenas dos días para no volverla a ver en casi dos meses...
-Ya veré lo que hago...
Narra Zayn.
-Hola, pasa.- Me da un beso en la mejilla.- Vamos arriba.- Subo detrás de ella y me lleva a su habitación. Típica habitación de una chica adolescente con pósters de Ed Sheeran por todos lados.
-¿No te sientes vigilada por Ed?.- Me saca la lengua y pone los ojos en blanco.
-Ese hombre hace que me identifique con cada frase que canta. Puedes burlarte todo lo que quieras.- Me acerco a un corcho al lado de la puerta.
-¿Estas fotos y dibujos los has hecho tú?
-Sí, me gusta la pintura y la fotografía.
-Pero estas fotos son increibles. Eres toda una caja de sorpresas.- Hace un sonido con la lengua y sonrie.- ¿Algo más que deba saber?.
-No, creo. Oh, bueno toco un poco el piano, pero nada importante. ¿Empezamos?, a ver ese genio de la lengua.
Nos sentamos en frente de su escritorio y empecé a explicarle las cosas, luego ella practicaba y preguntaba dudas. La verdad es que era algo que siempre había querido hacer y más cuando veía que lo entendía.
-Vale, llevamos dos horas con esto, me has anulado como ser humano.
-Hahahaha, eres buena alumna.
-Y tú buen profesor...¡Mierda! Mis padres han llegado, lo siento Zayn.
-¿Por qué?.
-Vamos.- Coje mi mano y bajamos las escaleras.
-Mamá Zayn ya se va, tiene prisa.- Alza un poco la voz y después en un susurro me dice.- No hables.
-¡Espera hija! A ver que le vea.- Sale de la cocina y me saluda con un apretón de manos.- Que guapo Anne...- Que verguenza por favor...
-¡Mamá!
-¿Te quedas a cenar?.- La miré y después a Anne que no sabía donde enterrar la cabeza.
-Mmmm, bueno...
-¡Venga quédate! Pasar al salón voy a decir a papá que ponga otro plato.
-Si sobrevives a esta noche con mi madre te mataré, te descuartizaré y te repartiré por el centro de Londres.
Narra Ruth.
Me fui a duchar mientras él estaba sentado en la cama mirando el twitter con el ordenador entre las piernas, cuando terminé me puse una bata y volví a la habitación, secando el pelo con una toalla.
-Esa bata es cruel.- Dice levantando la vista del ordenador hacia mí.
-¿Por qué?
-Porque cubre absolutamente todo.
-Sí, tiene ese fin. Ya puedes entrar a ducharte.
Entra a ducharse mientras yo me visto y me maquillo. Cuando bajo al salón él ya está vestido.
-Hermosa.
-Gracias.
-¿Nos vamos?.
-Sí.
De camino al restaurante hablábamos de cualquier cosa sin importancia, me miraba y sonreía de esa forma que tan nerviosa me pone. Cuando llegamos pasamos, era un restaurante francés no muy grande, con velas y manteles blancos, hasta los camareros tenían acento francés. Pedimos de comer y vino, cosa que rápido se me subía a la cabeza.
-¿Por qué no me lo habías dicho antes?.
-¿Podemos cambiar de tema?.
-Claro...- Dice dudoso.- ¿Estás enfadada?.
-No...no, sólo que estás cosas me ponen nerviosa. Mira Niall, quiero que seas tú, cuando surja, pero no voy a hablar del tema.
-Me parece bien.- Seguimos cenando.- ¿Qué fue lo primero que pensaste cuando me viste?.
-Mierda.
-Mierda, como ''Oh, mierda que sexy''.
-No, mierda, ¿qué hace aquí?.
-¿Y la segunda?.
-Problema, ¿y tú?.
-La primera, esta no es Jade. La segunda, impresionante y la tercera, quiero compartir habitación con ella para mirarla todo el tiempo.- Alzo la mano para acariciarle la mejilla.
-Te quiero.- Coje mi mano.
-¿Cuánto?
-Mucho.
-¿Cuánto es mucho?
-De aquí al infinito.
-Eso es mucho.
-Lo es.
De vuelta al coche vamos de la mano acariciándonos el dorso de la mano y en silencio.
-Te ves increible.
-Gracias...Oye, ¿tienes algo más planeado para esta noche?
-Vamos a ir a casa a ver tu película favorita, Amor y otras drogas. Sin olvidar las palomitas, ¿te parece?.
-Suena genial.
Narra Anne.
-Mamá por favor déjalo ya...
-No te preocupes Anne, pregunte lo que quiera.
-Ay hijo, no me llames de usted que no soy tan vieja.
-Voy a por el postre.- Me levanto de la mesa y voy a la cocina. Pobre chico toda la cena con preguntas sin sentido alguno, después de esto tiene asegurado el cielo, pero mira en parte es su culpa por aceptar la cena y ser tan terriblemente amable. Cojo el postre y lo llevo a la mesa del salón.
-Bueno, ya verás cuando te vayas Anne va a estar como tonta. La conozco.- Zayn me mira con una sonrisa y baja la mirada.
-Anda déjalos vamos a la cocina a recojer.
-Gracias papá.- Se levantan y se van.
-No la hagas caso, todo lo que te haya dicho no es verdad.
-¿No te importo?.
-¿Ehh?
-Tú madre me ha dicho que se ve que te importo, si todo es mentira es que no te importo...
-Zayn, sí me importas. Si no, ni te miraría.
-Que detalle por tu parte. Debo irme, se supone que debería descansar estos días...
-Claro, vamos te acompaño a la puerta.
-¿Hablamos?.
-Claro, te llamo.- Le doy un beso en la mejilla y se va.
Narra Ruth.
Cuando volvemos, me voy a cambiar mientras él hace las palomitas y coje un par de refrescos. Yo, en la habitación, intentando bajar la cremallera del vestido, pero es practicamente imposible.
-¡Joder!.
-¿Está todo bien?.- Se le escucha al otro lado de la puerta.
-¿Puedes pasar un segundo?. Esto se resiste demasiado.- Entra a la habitación y me pongo de espaldas a él para que pueda bajar la cremallera. Sus dedos se tomas su tiempo para bajarla, rozando sus dedos en la piel de mi espalda echa mi pelo hacia un lado y termina de bajar la cremallera.
-Ya está.- Cuando creí que todo estaba hecho y me podría poner el pijama, empieza a besar mi espalda y a acariciar mi espalda haciendo que toda mi piel se erize.
-Niall...- Le digo en un susurro.
-Me vuelves absolutamente loco, pero voy a comportarme si es lo que quieres.
-Tengo que cambiarme.
-Está bien.- Se voltea y se va. ¿Por qué tengo que ser así con él?, me encantaría seguir hasta que me haga suya, pero hay una parte de mí que no me deja. Cuando salí de la habitación estaba metiendo la película con tan solo un pantalón corto.
-¿Qué ocurre? ¿Por qué me miras así?.
-No lo hago.
-Está bien, entonces, no lo haces.- Pongo los ojos en blanco mientras él suelta una sonrisa.
-Vamos, veamos la película.
Cinco minutos exactos es lo que atendimos la película, después me apoyé en él mientras me acariciaba el antebrazo. Me coloqué encima de él y empezé a besarle hasta que nos quedabamos sin aire y instantes después volviamos a hacer lo mismo.
-Te quiero, ahora mismo.
-¿Ahora?.- Pregunta sorprendido.
-Ahora, pero...ten paciencia.
-Esperaría hasta los setenta con un bote de viagra al lado por ti.- Estallo en una carcajada y lo sigo besando. Después paso a su cuello.- ¿Por qué me haces esto?.- Pregunta mirando al techo.
-¿Estás aterrorizado?
-Es que es mucha presión, no quiero estropearlo, eres muy importante para mí.
-Estoy segura de que no lo harás.- Me coje y me lleva a la cama volviéndome a besar.
-¿Estás segura?.
-Sí.- Besar estaba muy bien, pero cuando la ropa iba desapareciendo poco a poco yo me tensaba cada vez más, pero aún así quería seguir. Se sentó para quitarse la camiseta pero le aparté las manos y lo hice yo, recibiendo una sonrisa de su parte. Me tumba y empieza a besar desde mi oreja al escote.
-Quiero verte.- Me susurra, me vuelvo a sentar y me quito la camiseta, me vuelto a tumbar y me mira de arriba a abajo.- Eres tan bonita que duele.- Pasa sus manos por encima de mi sujetador y deja un rastro de besos del cuello al ombligo lo que me hace soltar un pequeño gemido.Tenía sus manos acariciandome por todo mi cuerpo, también lo toqué e hizo un sonido como respuesta.
-¿Demasiado rápido?
-No.- Lo besé de nuevo, esta vez sus manos fueron aún más abajo. Pasé mis manos por su espalda y toqué su trasero. Se levantó a por un preservativo, lo dejó en la mesilla y volvió.
-Aún no, tranquila.
-Estoy tranquila, Niall.- Creo.
Nos besamos más y recorrió todo mi cuerpo con sus manos, empezé lentamente a tirar de la goma de sus calzoncillo. La ropa ya no servía para nada.
-De ninguna manera, tú primero.- Era justo, me senté y me desabroché el sujetador tirandolo a alguna parte. Sonrió y me volvió a besar antes de besar mis pechos. Mi espalda se arqueó y soltó una carcajada, lo que hizo que se me erizara la piel. Como puede me moví para quedar encima de él, le dejé un rastro de besos por todo el cuerpo, volvimos a juntar nuestros labios volviendo a quedar debajo de él. Volví a insistir en la goma del pantalón.
-Ruth, si me tocas ahí, no seré capaz de controlarme. Avisada quedas.
-Está bien.- Quite las manos de esa zona. Se empujó contra mí y pude notar que ya estaba preparado.
-Quiero tocarte.
-Lo estás haciendo.
-Por todas partes.
-Está bien.
-¿Está bien?
-Sí.-Su mano bajó por mi tripa y por debajo de la ropa interior. Eso no estaba bien, eso estaba más que bien. De un momento a otro mi espalda se arqueó y solté un gemido ahogado. Sin apenas verlo los dos estabamos ya desnudos y su cuerpo presionó el mío.
-Esto va a doler, si quiero que me detenga solo pídelo. Quiero que esto sea un bonito recuerdo.- Volvió a besarme.- ¿Lista?
-Sí.- Lentamente se impulsó dentro de mí, grité un poco de dolor.
-Lo siento babe, ¿estás bien?.
-Sigue.- Me aferré a él besándole. Lo repitió, el dolor cada vez se notaba menos hasta un punto que se convirtió en placer. Después de un rato los dos caímos exhaustos en la cama.
-Te amo.- Me dice mientras se pega a mí abrazándome.
-Yo también te amo.
-¿Te he hecho daño?
-Sí, pero no importa. Ha sido perfecto.
-Como tú.
-Sé que debería estar volviéndome loca, pero no lo estoy.
-Está bien...
-Te estás quedando dormido.
-Lo sé.- Dijo riendo.
-Duérmete.- Minutos después estabamos los dos abrazados y durmiendo.
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