domingo, 6 de octubre de 2013

Capítulo 16.

Narra Ruth.

De repente siento unos brazos rodeándome, tiene olor a chico, olor que conozco de antes, ¿pero qué?, intento soltarme lentamente, me retiene un poco, lo vuelvo a intentar y este cede. Salgo del callejón para poder verle la cara, le veo, me mira con cara de preocupación, supongo que porque me está viendo todas las lágrimas en mis mejillas, se vuelve a acercar amí abriéndome los brazos pero le doy un golpe en el pecho.

-¿Estás bien?, ¿qué te pasa?.- Estoy enfadada, pero dentro de mí siento una tranquilidad enorme.

-No puedes ir haciendo eso a la gente, ¿sabes?. ¡Y menos a mí!.- Echo a andar con paso firme, me agarra el brazo por detrás y hace que me gire.

-¿Eres facilmente asustable?.

- No te importa.- Sigo andando hacia delante pero me vuelve a coger del brazo y me pega a su pecho.- ¡Suéltame Niall!. Me tengo que ir.- Por mucho que le diga no quiero separarme de él, me gusta como me mira, su olor, sus brazos, todo de él, pero, ¡qué coño!...¡estoy enfadada!

-Pero si es una broma, no seas tonta.- Me coge un mechón de pelo de la cara y lo pone tras la oreja, asto seguido sin separarse de mí me coge las manos entrelazando sus dedos con los míos y me mira a los ojos, esos ojos en los que me pierdo y no puedo dejar de mirarlos.

-No me mires así, Niall...- Cada vez me sonríe más porque sabe que así no puedo enfadarme con él.

-¿Te pongo nerviosa?.

-¡Já!. Más quisieras.- Pero como me conoce demasiado me mira enarcando una ceja, esperando que le diga la verdad. Unicamente asiento avergonzada y él inmediatamente mete su cabeza entre mi cuello y mi hombro, juntando su cuerpo al mío y sin saber porqué suelto una pequeña risa.

-¿Ya no estás enfadada?.- Me pregunta con los labios pegados a mi cuello, lo que hace que se me erize toda la piel. Levanto mis brazos y le rodeo el cuello acariciéndole el pelo con una de las manos.

-No...- Ahora él me devuelve el abrazo y me rodea la cintura. Después de unos instantes así, le pregunto.- ¿Qué estamos haciendo Niall?

-¿A qué te refieres?.- Dice soltándome para mirarme.

-Da igual, déjalo...

-No...Dímelo Ruth...Háblame.- Me acaricia la mejilla.

-Si no es nada Niall...Es sólo que no sé que estamos haciendo, no sé de que vas, y lo peor es que, no sé de que voy.- Me mira aguantando la risa, le doy un golpe en el brazo y suelta una carcajada.

-Tienes miedo.

-¿Lo afirmas?

-Sí.

-No lo niego.

-Pues ese es el problema, ¿no puedes sólo dejarte llevar?, estar conmigo y ver que pasa.

-Sí, no, ¡ahg!, no sé...Es que tú parece que tienes las cosas tan claras y yo parezco fuerte y decidida, pero no lo soy.

-Shh, sí, sí lo eres y mucho. Yo no tengo todas las cosas muy claras, sólo una. Cada día me gustas más.

-¡Niall!.- Digo mientras noto que mis mejillas empiezan a arder.

-¿Ruth con verguenza?. No me lo creo.

-Deja de decir tonterias. Me voy que ya llego con quince minutos de retraso.

-Monta morena, que te llevo.- Me dice señalando el coche.

-Niall, soy pelirroja, qué hablas?

-Ruth, monta pelirroja no suena bien...

-No suena bien, suena genial.- Nos montamos en el coche y en cinco minutos y he llegado. Niall me dice que luego me llamará, me da un beso en la frente acompañado con un abrazo mutuo y se marcha.

Narra Eleanor.

-¿Dígame?.- Pregunto por el móvil ya que habían llamado y no había visto el número.

-Hola cariño, ¿dónde estás?.

-Hola Lou, pues en casa, estudiando, ¿ha llegado ya?.

-No, se habrá quedado con ella o la habrá acompañado. Anda que menuda Celestina estás hecha...

-Ya...jajaja...- Cuando estábamos en el restaurante, Niall me preguntó por Whatsapp si sabía algo de Ruth, le dije que estaba con ella y dónde iba a ir después porque la quería ver.

-Pues en cuanto Niall lo dijo Harry salió pitando, no sé cómo le irá.

-Madre mía Lou, ¡la qué se va a liar!

Narra Harry.

Llevaba como unos quince minutos siguiendo a Jade con el coche, en una de las esquinas tuerce y se mete en la gasolinera, yo me quedo con mi coche en la esquina.
Se baja, echa gasolina y cuando se va a pagar yo me bajo del coche, me acerco al suyo, tiro de la puerta y para mi sorpresa está abierta, me meto en él y me escondo entre los asientos de atrás.
Sinceramente, no sé porque lo estoy haciendo, supongo que para ver su reacción y para divertirme un rato. Cuando vuelve baja la cabeza, ella arranca y nos vamos.
Llevando algunos minutos de trayecto la suena el móvil, echa la mano hacia atrás pero en vez de encontrar en bolso con el móvil encuentra mi espalda, la toca con la yema de los dedos y vuelve a poner la mano en el volante, teniendo una respiración ahogada. En unos instantes ella aparca el cohe, baja corriendo y lo cierra con llave.

-¡Mierda!. Y parecía tonta...

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